La última esperanza que ocupaba
El cálido reflejo de mi mente,
Quedó desbanecida despues de atormentada
Al conocer la triste nueva de mi suerte.
El deseo de afianzár el amor que te he profesado
Sin apenas verte, ha quedado truncado
Desde este lecho de ruedas locas,
Donde espero impaciente
La llegada de mi muerte.
José Luis Alonso (“Cadencias del Alma” – 2002)